

La batalla de Chacabuco 1
La batalla de Chacabuco 2
Batalla de Chacabuco.
Tras el Cruce de los Andes, todas las tropas que partieron y avanzaron separadamente, se reunieron el valle de Aconcagua, en el Campamento de Curimón, el día 8 de febrero de 1817. El objetivo era ocupar la ciudad de Santiago, que estaba bajo el mando del gobernador español, Francisco Marcó del Pont.
Rafael Maroto fue el designado al frente de las tropas realistas, que ascendían a algo más de 2.000 hombres, para detener a los patriotas en la cuesta de Chacabuco.
La ardua labor de construir el Ejército de los Andes tomó casi tres años, pero en enero de 1817, 5 250 efectivos chileno-argentinos con 21 piezas de artillería cruzaron la imponente cordillera andina y se aprestaron a enfrentarse con el ejército realista. Al atardecer del 11 de febrero, las tropas coloniales, bajo el mando del brigadier Rafael Maroto, se encontraban en la hacienda Chacabuco, con unos 2 000 efectivos, de ellos 200 jinetes y cinco piezas de artillería, con el propósito de ocupar la altura tácticamente ventajosa de Cumbre de la Cuesta, de 1.280 m de altitud. Pero esa madrugada, cuando la vanguardia española marchaba hacia la altura, fue sorprendida y puesta en fuga por tropas patriotas, que la obligaron a regresar a la hacienda. Entonces Maroto desplegó sus tropas tras la Quebrada de la Mesa del Tebo, apoyándose en los cerros Guanaco, Quemado y Chingüe, concentrando sus esfuerzos principales en el flanco derecho para cerrar el camino de la cuesta Vieja, pues no conocía el de la Cuesta Nueva. A tal efecto, situó dos de sus piezas en el flanco derecho y el resto en el centro de su orden combativo. Conocedor de esos detalles, San Martín decidió pasar a la ofensiva, para lo cual organizó sus tropas en dos divisiones; la primera, bajo el mando de O'Higgins, en composición de 1 500 hombres, de ellos 400 jinetes, y dos cañones.
La segunda, comandada por el general Miguel Estanislao Soler, integrada por 2.100 efectivos, incluyendo 300 de caballería, con siete piezas de artillería y 50 ingenieros. San Martín concibió un ataque demostrativo frontal a lo largo de la Cuesta Vieja, a cargo de la Primera División, mientras asestaría su golpe principal con la Segunda, por el flanco izquierdo del dispositivo español, desde el camino de la Cuesta Nueva.
La acción se inició a media mañana del día 12 de febrero de 1817, cuando O'Higgins se empeñó en asaltar las magníficas posiciones defensivas españolas y fue rechazado.
San Martín trató de enmendar la situación, pero el general chileno lanzó un nuevo ataque, al tiempo que la vanguardia de Soler golpeó el flanco izquierdo de Maroto y San Martín introdujo en batalla sus reservas de caballería poniéndose al frente de la misma. Ese golpe conjunto, asestado alrededor de las 14:00 hrs., decidió la acción de Chacabuco a favor de los independentistas, pero San Martín no la consumó completamente al no emprender la persecución de los fugitivos.
La victoria en la Batalla de Chacabuco demostró que los insurgentes, bien entrenados y mandados podían derrotar a las mejores tropas de línea colonialistas y preocupó de tal forma al virrey del Perú, que este cesó sus intentos por reconquistar el virreinato del Río de La Plata, lo que se correspondía plenamente con los propósitos de San Martín.
Consecuencias
Las pérdidas españolas, ascendieron a 500 hombres muertos y 600 prisioneros. Como botín de guerra fueron tomados 100 fusiles, dos piezas de artillería y banderas. Entre las fuerzas emancipadoras murieron 12 personas y 120 resultaron heridas.
El gobernador de Chile, Marcó del Pont, intentó huir hacia Valparaíso, pero fue tomado prisionero y confinado en San Luis.
El día 14 de febrero, San Martín y sus hombres hicieron la entrada triunfal en Santiago, ante el clamor popular. Francisco Ruiz Tagle fue designado gobernador político interino. El 15 de febrero se reunió un Cabildo Abierto. El cargo de Director Supremo le fue ofrecido a San Martín, pero éste rehusó ese nombramiento y solicitó que le fuera concedido a Bernardo O´Higgins, quien finalmente ocupó ese cargo. San Martín también rehusó a ser designado Brigadier General. Con el dinero con que fuera recompensado por el Cabildo de Santiago, San Martín decidió que fuera destinado a fundar en esa ciudad, una Biblioteca Pública. También fue inaugurada una filial de la Logia Lautaro, que reunió a los partidarios de O´Higgins, como instrumento de poder político respaldatorio al gobierno patrio, que actuaría en coordinación con la logia argentina.